Retomo esta columna después de dos largos meses en los cuales han ocurrido muchas cosas. Quizás la más destacable, y la que más alegría nos trajo a los darseneros, fue la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores tras vencer a la Universidad de Chile dos a cero en el Campus de Maldonado y obtener un empate cero a cero en Santiago. Sin duda este logro histórico en lo deportivo nos ha llenado de felicidad a todos, pero también nos pone en la obligación de luchar a dos frentes (La Copa Libertadores y el Torneo Clausura), desafío que no es nada fácil para una institución como River Plate. Creo que hay que destacar el empate dos a dos ante Palmeiras en el debut por la fase de grupos, ya que es uno de los equipos grandes de América y supimos hacerle un digno partido a pesar de no poder ganar. En lo local no nos fue tan bien, arrancamos con un empate ante Fenix en el Capurro, luego fuimos derrotados por Nacional por tres a cero sin jugar demasiado bien y con un arbitraje que nos convirtió dos goles inexistentes, y por último fuimos derrotados por Sud América en San José por dos a uno.
Es muy difícil para River Plate mantenerse en la pelea en ambos torneos, sobre todo cuando empiezan a aparecer las lesiones de jugadores importantes como Michael Santos, Fernando Gorriarán y Robert Flores. De todas maneras en la Copa se debutó dignamente contra un grande, quizás la sensación amarga que queda es que en el medio local no hemos logrado sumar victorias en los primeros tres partidos y esto nos aleja de las posiciones que clasifican para las Copas Internacionales del año que viene. Esto en cuanto a lo deportivo, pero también han ocurrido cosas diferentes afuera de la cancha, donde quizás lo más curioso es que el futbol de los darseneros ha estado lejos del Saroldi. Desde la dirigencia darsenera se tomó la decisión de jugar como locales por la Copa Libertadores en el Campus de Maldonado, idea con la que marqué mis diferencias desde esta columna en artículos anteriores porque siempre pensé que la fiesta de la Libertadores que ha sido tan esperada por los darseneros durante años debía estar más cerca de los hinchas que siempre apoyan, es decir más cerca del Saroldi. De todas formas y viendo como se han dado las cosas hay que reconocer que jugar en el Campus fue una maniobra que salió bien desde lo económico para nuestro Club, ya que el Campus estuvo prácticamente lleno en la mayoría de los partidos generando recaudaciones que seguramente le harán muy bien al River. Igualmente vale decir que la mayoría de la gente que concurrió al Campus en los partidos de Copa no eran hinchas de River Plate, sino público de Maldonado al que le atrajo tener la fiesta en su departamento y apoyó a River Plate como equipo uruguayo, y porque no muchos turistas a los que les atrajo simplemente poder ver un partido de la copa mientras disfrutaban de sus vacaciones. Lo cierto es que gracias a estas recaudaciones y a la clasificación lograda por este plantel, que entró en la mejor historia del Club, los ingresos de River Plate aumentaron significativamente. En lo personal me gustaría aprovechar este momento de gloria deportiva y bienestar económico e invertir en el Saroldi para que más adelante podamos tener la fiesta en casa. Es claro que debemos crecer desde lo institucional y apuntar más alto, ya que en lo deportivo hemos venido creciendo hasta el punto de pelear los últimos campeonatos a nivel local y meternos en la máxima competición continental. Creo que los que somos hinchas de River Plate desde hace años y hemos pasado épocas duras como las de jugar en la “B” sabemos que lo que hoy se está logrando no es menor, y si tenemos un poco de inteligencia debemos mirar al costado y ver como hacen otras instituciones para sostener sus logros en lo deportivo más allá de no tener una concurrencia numerosa de hinchas en la cancha. Nuestro propio presidente expresó a la prensa que River Plate vivía de la venta de jugadores, y a mi criterio esto es lo que hay que cambiar, hay que generar una estructura institucional que nos permita vivir de otras cosas para poder mantener a los jugadores un poco más en el Club y no malvenderlos por necesidad sino venderlos bien a equipos que realmente les den un futuro mejor a ellos y por un precio que realmente le sirva a River. Ahora se viene el Clásico del Prado en lo local que es una linda oportunidad de cambiar la pisada y de ver a River Plate de nuevo en el Saroldi después de tanto tiempo, ojalá podamos disfrutar de un triunfo que nos viene haciendo falta y seguir disfrutando de4 este gran momento del equipo darsenero.
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Alas en el CorazónLa columna de Federico Bello Archivos
Abril 2016
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